Estamos en un momento donde la moda y lo medios están pasando por un limbo, las nuevas tecnologías dejan obsoletos nuestros objetos y de paso a nosotros como usuarios, y qué hacer al respecto?
Sólo intentar actualizarse, tratar de mirar y observar dentro de la inmensa oferta lo que nos haga sentido.
Los desfiles se han convertido en un sinónimo de status y riqueza dentro de la sociedad, con un amplio repertorio de “celebridades” luchando por cual es la que se sienta más adelante en la fila. Pero al parecer eso ya está cambiando, el costo de hacer un show de 20 minutos para un grupo selecto ya no es negocio, en primera instancia evolucionó el registro audiovisual de moda, para mostrar el trabajo a millones de personas al mismo tiempo y hacer que la marca se posicione dentro de las redes sociales para transformarse en un objeto de deseo.
Ahora viene el próximo nivel, usar la tecnología dentro del mismo show. Si la tecnología ha cambiado, la forma de escuchar música y leer libros, los diseñadores también se ajustan a este cambio, hace poco i-D Magazine hizo un desfile con diseñadores londinenses para mostrar su última colección, la sorpresa fue que crearon un concepto diferente al que ya estaba establecido y utilizando la tecnología en su mayor expresión para transformar el desfile en una experiencia interactiva.
Con este paso es evidente que la industria está explotando nuevas áreas del mercado, usando la tecnología como una herramienta necesaria para transmitir “lo nuevo” con imágenes holográficas, mapping etc, etc. creando una atmósfera donde el espectador es un controlador de lo que ve y siente ante la moda. Y no un simple consumidor de moldes.
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